Me impulsa hacer visible lo que exploro y descubro que  despierta y abre mi corazón y mi cerebro. El arte en sus diversas formas es mi aliado. En las imágenes que encuentro y que busco cuando saco fotos surgen fuerzas y virtudes que nutren mi camino. 

​

Me apasiona la pulsión de vida. Necesito observarla. Así también me sucede con la gratitud en todas sus formas. Naturalmente me acerco a lo que el tiempo no retiene. Retratar lo efímero y su delicadeza me permite usar al silencio como aliado, con este último nos llevamos bien.

​

Me conmueve lo que hace “bien”, lo que calma el dolor, lo que acaricia internamente, y entender cuando esto que mencione puede a su vez inspirar. Creo que allí surge una oportunidad. 

​

Hoy necesito mirar más, oler, rasguñar en la observación de ciertas imágenes, texturas y lienzos. Me anima sentirme libre de intentar acceder a respuestas que aunque a veces no comprendo, me llevan a una nueva búsqueda que en general me permite avanzar. 

​

Últimamente estoy investigando los límites y posibilidades de la idea “el poder es un verbo”. Me interesa aquello que podría sanar, lo que promueve el espíritu y nos permite respirar con alivio.